“Cuando yo vine proclamé a mis hijos que era importante la comunión conmigo a través del signo manifiesto de la Eucaristía. Quien come mi Cuerpo no muere, quien bebe mi Sangre se santifica”.
Profecías, Decretos, Preceptos y Conjeturas
dictados por la
Santísima Virgen , Jesús y Dios Omnipotente Uno y Trino a mi
alma mexicana.
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Martes 12 de Noviembre
del 2013
Santísimo 11:00 a.m.
Mis hijos amados!
Quien se enaltece no es una persona bien
vista por mí. Aquel que es orgulloso, soberbio, que disfruta solo el momento
para sentirse gloriado no es un alma que me agrade. Por el contario las
almas deben ser sumisas a la voluntad de
un Dios benevolente que anhela que sus hijos sean fieles. Quien es fiel no
necesita ser reconocido. La Humildad es una virtud que hace que el alma que se
revista de ella sea grato a mí. Cuando las almas no conocen la importancia de
ser humildes y sencillos ellos pierden la comunión conmigo. Yo no moro en las
almas soberbias que dicen ser mías. Todo infiel que no escucha las enseñanzas
de su Padre que le ama no es mío. Aquel que busca reconocimiento y se deja
llevar solo por la gratitud y alabanza de los demás sin reconocer a un Dios que
Vive va rompiendo el vínculo que los hace dóciles a mí. Hoy quiero que reconozcan
algo: la sumisión es importante. La
fidelidad se demuestra con actos nobles que den el entendido de que yo soy
Dios. Si un alma viene a mí yo lo recibo con honores. El reflejo de un alma
dócil va dejando una estela de bendición por donde pasa.
Hoy quiero reconocer a mis hijos amorosos
que se han abierto a los múltiples llamados que les hago. Aquel que es fiel se
ve revestido de mí. Cada alma que acepta ser dirigido en cada paso que da
recibe la recompensa de una vida feliz. La felicidad sí se encuentra si ustedes
comprenden la importancia de dejarse llevar por un Dios que les ama.
Más
sin embargo, muchos que no me conocen van buscando solo vivir en el Mundo que hoy en día no
ofrece nada bueno. Es bien cierto esto que proclamo, que el Mundo desprovisto
de valores, sin una vida dócil a mí, permite que venga Satanás y los tiente.
Satanás hoy busca que las almas le entreguen su vida con engaños. Hoy en el
Mundo hay un sinfín de sectas, de actos paganos, de planes perversos de toda
índole a través de ceremonias donde proclaman con engaños a Dios. Yo no vivo en
lugares donde no existe comunión. La comunión se da a través del Santo
Sacramento de la Eucaristía. He dicho siempre que mi cuerpo los salva. Quien
renuncia a él habiéndolo conocido se hace cómplice de Satanás. Satanás ahora
viene a destruir a mis hijos con argucias proclamando a un Dios que no existe.
Dios Vive! Yo soy aquel que vine y por amor entregué la vida. Justifiqué mi
muerte dándoles el atributo de la bendición más grande que pueden recibir y esa
es la salvedad. Cuando yo vine proclamé a mis hijos que era importante la
comunión conmigo a través del signo manifiesto de la Eucaristía. Quien come mi
Cuerpo no muere, quien bebe mi Sangre se santifica. Apremiante es decirles que
se debe hacer una reflexión exhaustiva de cómo estos signos manifiestos se
perciben en un alma que los recibe. Cuando el Sacerdote proclama la bendición,
mi Padre amoroso a través de la infusión paráclita los transforma en mi Cuerpo
y mi Sangre. Cuando el pan y el vino son transformados se convierten
verdaderamente en mí. Hoy se proclama que no es posible disolver éste vínculo
que procrea una grata bendición en muchas almas nobles. Más sin embargo,
audaces almas proclaman también que no importa el sentido del texto litúrgico
cuando yo lo dejé para que lo hicieran vida. Hoy quiero reconocer también que
muchas almas se pierden al negar el Texto Sagrado transcrito en las Sagradas
Escrituras donde determino siempre que se conmemore mi cena pascual. Aquel que lo hace se vuelve
cómplice de la iniquidad.
Hoy quiero consagrar a todos mis hijos
fieles del mundo a través de signos visibles que denoten que Vivo y me
manifiesto a las almas. Estos son dones y carismas que permitan una comunión
profunda con un Dios que los ama y los quiere de regreso a sus brazos
paternales. Los signos son muchos, más sin embargo es necesario que ustedes se
esfuercen por promoverme con sus actos. Quien me reconoce y se abre a mis
torrentes de Misericordia se reviste de santidad. La santidad es una escala de
la perfección. Quien alcanza ser Santo es porque se esforzó mucho. Hoy debo
reconocer que existen muchas almas dóciles a mí que anhelan tener una profunda
comunión conmigo. Almas que buscan a un Dios que ama sus hijos y quiere que
ellos sean perfectos. La perfección si existe. Aquellas almas que la han
alcanzado es porque se dejaron transformar poco a poco hasta alcanzarla.
Hoy quiero reconocer el esfuerzo que hacen
por proclamar cada Legajo. Aquellas almas que prediquen mis enseñanzas serán
santificadas.
Amonesto a todos aquellos que no oyen y
hacen caso omiso de los múltiples llamados. Llegará un día en que apartaré
aquellos que son fieles y a los demás los arrojaré al fuego eterno. Escúchenme
bien! Los múltiples llamados que hago son para que ustedes se vuelvan a mí
antes de que sea demasiado tarde.
Los
espero siempre y en mi búsqueda encuentro muchas almas que sí quieren seguir
mis pasos. Por tanto les digo, amados míos, esfuércense mucho por proclamar a
un Dios que viene y está vivo. Los espero siempre con los brazos abiertos. Los
amo. Amén
Jesús misericordia
Divina
Niños amorosos!
En la búsqueda que mi hijo hace a las
almas va encontrando que muchas de ellas son fieles. Les pido por el amor que
me tienen que propaguen los Legajos que permiten manifestar que mi hijo amoroso
está presente en todas las almas fieles. Quien así lo hace se reviste de signos
que permiten dar entendimiento de su Majestad y Poderío. Por tanto ruego a cada
alma que se consagren a mi Corazón Inmaculado (Consagración de los 33 días),
así como al Sagrado Corazón de Jesús para que en un tiempo corto se proclame la
bienaventuranza del Triunfo de nuestros Corazones. Los amo y les pido: busquen
siempre la comunión con Dios. Amén
Santa María del
Corazón Inmaculado
Proverbios 16
16 Los planes son del hombre;
la palabra final la tiene el Señor.
la palabra final la tiene el Señor.
2 Al hombre le parece bueno todo lo que
hace,
pero el Señor es quien juzga las intenciones.
pero el Señor es quien juzga las intenciones.
3 Pon tus actos en las manos del Señor
y tus planes se realizarán.
y tus planes se realizarán.
4 El Señor lo ha creado todo con un
propósito:
aun al hombre malvado para el día del castigo.
aun al hombre malvado para el día del castigo.
5 El Señor no soporta a los orgullosos;
tarde o temprano tendrán su castigo.
tarde o temprano tendrán su castigo.
9 Al hombre le toca hacer planes,
y al Señor dirigir sus pasos.
y al Señor dirigir sus pasos.
10 El rey habla de parte de Dios
y no dicta sentencias injustas.
y no dicta sentencias injustas.
11 Pesas y medidas caen bajo el juicio
del Señor;
todas las pesas han sido creadas por él.
todas las pesas han sido creadas por él.
12 Los reyes reprueban las malas
acciones,
porque el trono se basa en la justicia.
porque el trono se basa en la justicia.
13 Los reyes aman y ven con agrado
a quien habla con honradez y sinceridad.
a quien habla con honradez y sinceridad.
14 La ira del rey es mensajera de muerte,
y es de sabios procurar calmarla.
y es de sabios procurar calmarla.
15 La alegría del rey es promesa de vida,
y su buena voluntad es como nube de lluvia.
y su buena voluntad es como nube de lluvia.
16 Más vale adquirir sabiduría que oro;
más vale entendimiento que plata.
más vale entendimiento que plata.
17 La norma de los justos es apartarse
del mal;
cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo.
cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo.
18 Tras el orgullo viene el fracaso;
tras la altanería, la caída.
tras la altanería, la caída.
19 Más vale humillarse con los pobres
que hacerse rico con los orgullosos.
que hacerse rico con los orgullosos.
25 Hay caminos que parecen derechos,
pero al final de ellos está la muerte.
pero al final de ellos está la muerte.
26 El apetito del que trabaja lo impulsa
a trabajar;
el hambre que siente lo empuja a ello.
el hambre que siente lo empuja a ello.
27 El malvado es un horno de maldad;
¡aun sus palabras parecen llamas de fuego!
¡aun sus palabras parecen llamas de fuego!
Proverbios 21
4 Ojos altivos, mente orgullosa;
la luz de los malvados es pecado.
la luz de los malvados es pecado.
1 Pedro 5
«Dios se opone a los orgullosos,
pero ayuda con su bondad a los humildes.»
pero ayuda con su bondad a los humildes.»
6 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano
de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo. 7 Dejen todas
sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
8 Sean prudentes y manténganse
despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a
quien devorar. 9 Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas
partes del mundo los hermanos de ustedes están sufriendo las mismas
cosas. 10 Pero después que ustedes hayan sufrido por un poco de
tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y seguros. Es el mismo Dios
que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión
con Jesucristo. 11 A él sea el poder para siempre. Amén.
2 Corintios 11
12 Pero voy a seguir haciendo lo que
hago, para no dar oportunidad a esos que andan buscando pretexto para tener un
orgullo como el nuestro; 13 pues no son más que falsos apóstoles y
engañadores que se disfrazan de apóstoles de Cristo. 14 Y esto no es
nada raro, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz; 15 por
eso resulta muy natural que sus servidores pretendan aparecer como defensores
de la justicia. ¡Pero habrán de terminar como sus hechos merecen!
Apocalipsis 1
17 Al verlo, caí a sus pies como muerto.
Pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo; yo soy
el primero y el último, 18 y el que vive. Estuve muerto, pero ahora
vivo para siempre. Yo tengo las llaves del reino de la muerte.
Juan 6
Jesús, el pan de la vida
25 Al llegar ellos al otro lado del lago,
encontraron a Jesús y le preguntaron:
—Maestro, ¿cuándo viniste acá?
26 Jesús les dijo:
—Les aseguro que ustedes me buscan porque
comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales
milagrosas.27 No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida
que permanece y que les da vida eterna. Ésta es la comida que les dará el Hijo
del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
28 Le preguntaron:
—¿Qué debemos hacer para realizar las obras
que Dios quiere que hagamos?
29 Jesús les contestó:
—La única obra que Dios quiere es que crean en
aquel que él ha enviado.
30 Le preguntaron entonces:
—¿Qué señal puedes darnos, para que al verla
te creamos? ¿Cuáles son tus obras? 31 Nuestros antepasados comieron
el maná en el desierto, como dice la Escritura: “Les dio a comer pan del cielo.”
32 Jesús les contestó:
—Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a
ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan
del cielo. 33 Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo
y da vida al mundo.
34 Ellos le pidieron:
—Señor, danos siempre ese pan.
35 Y Jesús les dijo:
—Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí,
nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. 36 Pero
como ya les dije, ustedes no creen aunque me han visto. 37 Todos los
que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré
fuera. 38 Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia
voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha
enviado. 39 Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a
ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día
último. 40 Porque la voluntad de mi Padre es que todos los que miran
al Hijo de Dios y creen en él, tengan vida eterna; y yo los resucitaré en el
día último.
41 Por esto los judíos comenzaron a murmurar
de Jesús, porque afirmó: «Yo soy el pan que ha bajado del
cielo.» 42 Y dijeron:
—¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros
conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?
43 Jesús les dijo entonces:
—Dejen de murmurar. 44 Nadie puede
venir a mí, si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré en el
día último.45 En los libros de los profetas se dice: “Dios instruirá a
todos.” Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.
46 «No es que alguno haya visto al Padre;
el único que lo ha visto es el que procede de Dios. 47 Les aseguro
que quien cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan que da
vida. 49 Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto,
y a pesar de ello murieron; 50 pero yo hablo del pan que baja del
cielo; quien come de él, no muere. 51 Yo soy ese pan vivo que ha
bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo
daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.»
52 Los judíos se pusieron a discutir unos
con otros:
—¿Cómo puede éste darnos a comer su propia
carne?
53 Jesús les dijo:
—Les aseguro que si ustedes no comen la carne
del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. 54 El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día
último. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es
verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, vive
unido a mí, y yo vivo unido a él. 57 El Padre, que me ha enviado,
tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí,
vivirá por mí. 58 Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no
es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo
comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
59 Jesús enseñó estas cosas en la
sinagoga en Cafarnaúm.
Mateo 26
26 Mientras comían, Jesús tomó en sus
manos el pan y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a los
discípulos, diciendo:
—Tomen y coman, esto es mi cuerpo.
27 Luego tomó en sus manos una copa y,
habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, diciendo:
—Beban todos ustedes de esta
copa, 28 porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza,
sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus
pecados. 29 Pero les digo que no volveré a beber de este producto de
la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi
Padre.
1 Pedro 1
14 Como hijos obedientes, no vivan
conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. 15 Al
contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó,
es santo; 16 pues la Escritura dice: «Sean ustedes santos, porque yo
soy santo.»
Mateo 5
48 Sean ustedes perfectos, como su Padre
que está en el cielo es perfecto.
✤ ✤ ✤ Dominus es vivus ♥