“El dolor lo tomo y me lo llevo. Lo partico al Padre y lo devuelvo con creces en fidelidad constante, alegría y ansias de conocerme. Por tanto les pido que oigan cuando debe ser que entreguen por amor a mí sacrificio alguno”.
Profecías, Decretos, Preceptos y Conjeturas
dictados por la Santísima Virgen, Jesús y Dios Omnipotente Uno y Trino a mi
alma mexicana.
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Martes 06 de Febrero del 2014 Santísimo y Santa Misa 7:00
p.m.
Mis hijos pequeños!
Cuando
el alma carece de seguridad va buscando conocerme porque quien viene a mí es
cobijado, pero muchos de ustedes están perdiendo la batalla, por eso les pido
que abran su corazón y no me nieguen. Quien niega a un Dios bueno desconoce que
yo doy amor, protejo a mis hijos y les hago saber que para vivir requieren un
don, y es conocimiento de vida. Este reconocimiento por mí no pierde la vida
sino la gana. Aquellas almas que están sufriendo y son asesinadas están
recibiendo mi victoria. Porque ellas fieles a mí se han llenado de bendición.
Hoy Esteban es ejemplo de los mártires porque su vida dio por mí. En honor a mí
recibió la libertad del alma que trajo vida a las almas alejadas de mí con su
sacrificio que hizo. Saulo viene a reflejar la persecución que viendo el amor
de un hijo que dió la vida ha cambiado de parecer y se ha convertido. Así es la
vida, se deja saber cuando es honor y gloria el precio que se da por ofrecer su
vida. Los amo y les pido que escuchen el ofertorio de hoy donde pido que vayan
y den fruto abundante por las almas para reconocerme. No nieguen a un Dios bueno
con sus actos, más bien sirvan y den testimonio de mi amor con sus obras que
los hacen dóciles a mí. Cuando conocen que la vida se da en comunión conmigo
hacen referencia s esa transcripción bíblica que da sustento de que Saulo fue
buen hijo al convertirse.
Den
ahora ustedes testimonio de mi vida y la lealtad que pongan por encima de todo
lo que hagan traerá bendición constante. No desistan, más bien tomen armas y
estas son amor, paz, bondad, caridad, piedad y aquellas obras que los hacen
justos. Por tanto vengan a mí y escuchen mi palabrea a través de mi hija que
les guía por el buen camino. Ella se esfuerza a pesar de tribulación constante
que padece. Pero así es la vida. Se entrega en comunión conmigo. El dolor lo tomo y me lo llevo. Lo partico al
Padre y lo devuelvo con creces en fidelidad constante, alegría y ansias de
conocerme. Por tanto les pido que oigan cuando debe ser que entreguen por amor
a mí sacrificio alguno. Esto es todos los días. Ofrezcan dolor por amor y paz
constante. Pero pidan por las almas que sufren y deben ser reivindicadas. Esto
es que les doy alegría de vivir y sencillez. La humildad comienza cuando se
sujetan a la voluntad mía. Den honor a mi nombre y pidan sabiduría. La
sabiduría que viene de mí es otorgada por su afán de conocerme. Los amo. Den
sustento con sus obras de que estoy vivo y vivo para siempre. El coraje que
denote una fidelidad absoluta será premiado con la vida eterna. Amén
Jesús Misericordia Divina
Ángeles míos!
Es un honor poder decirles que el Mundo cambia
y esto es que muchas almas se abren al llamado que les hago. Necesito que
escuchen que deben vivir según y de acuerdo a la palabra dada en Santa Biblia.
Esto es que prediquen con amor las enseñanzas que se dan ahí, pero de común
acuerdo con mi Hijo Amado. Pidan discernimiento y las dudas déjenlas a través
de la promesa de darles la infusión paráclita. Es el Espíritu Santo quien viene
a traducir la voz de un Dios con
simpleza y efectividad a través de mis hijos que se ungen. Den testimonio con
hechos y la vida se les dará. Una vida nueva que les trae gracias indecifrales
y unión fortuita con Dios. Los amo mucho y les pido que no oigan rumores. Dios vive y está en todos lados principalmente
en la eucaristía y en las personas fieles a él. Den valor a las cosas que hagan
y no sufran. Porque el amor me lo llevo junto con mi amado hijo, lo presentamos
al Padre y lo regresamos en creces de amor y perpetuidad en él. Amén
Santa María del Corazón Inmaculado
Hechos 7
51 »Pero ustedes —siguió diciendo
Esteban— siempre han sido tercos, y tienen oídos y corazón paganos. Siempre
están en contra del Espíritu Santo. Son iguales que sus
antepasados. 52 ¿A cuál de los profetas no maltrataron los
antepasados de ustedes? Ellos mataron a quienes habían hablado de la venida de
aquel que es justo, y ahora que este justo ya ha venido, ustedes lo
traicionaron y lo mataron. 53 Ustedes, que recibieron la ley por
medio de ángeles, no la obedecen.»
Muerte de Esteban
54 Cuando oyeron estas cosas, se
enfurecieron y rechinaron los dientes contra Esteban. 55 Pero él,
lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de
pie a la derecha de Dios. 56 Entonces dijo:
—¡Miren! Veo los cielos abiertos, y al Hijo
del hombre a la derecha de Dios.
57 Pero ellos se taparon los oídos, y
dando fuertes gritos se lanzaron todos contra él. 58 Lo sacaron de la
ciudad y lo apedrearon; los que hacían de testigos contra él dejaron sus ropas
al cuidado de un joven llamado Saulo.
59 Mientras lo apedreaban, Esteban oró,
diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» 60 Luego se puso de rodillas
y gritó con voz fuerte: «¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!»
Hechos 9
Conversión de Saulo
9 Mientras tanto, Saulo no dejaba de
amenazar de muerte a los creyentes en el Señor. Por eso, se presentó al sumo
sacerdote,2 y le pidió cartas de autorización para ir a las sinagogas de
Damasco, a buscar a los que seguían el Nuevo Camino, tanto hombres como
mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. 3 Pero cuando ya se
encontraba cerca de la ciudad de Damasco, una luz que venía del cielo brilló de
repente a su alrededor. 4 Saulo cayó al suelo, y oyó una voz que le
decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
5 Saulo preguntó: «¿Quién eres, Señor?»
La voz le contestó: «Yo soy Jesús, el mismo a quien estás
persiguiendo. 6 Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que
debes hacer.»
7 Los que viajaban con Saulo estaban muy
asustados, porque habían oído la voz pero no habían visto a
nadie. 8 Luego, Saulo se levantó del suelo; pero cuando abrió los
ojos, no podía ver. Así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a
Damasco. 9 Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber nada.
10 En Damasco vivía un creyente que se
llamaba Ananías, a quien el Señor se le presentó en una visión y le dijo:
«¡Ananías!» Él contestó: «Aquí estoy, Señor.»
11 El Señor le dijo: «Levántate y vete a
la calle llamada Derecha, y en la casa de Judas pregunta por un hombre de Tarso
que se llama Saulo. Está orando, 12 y en una visión ha visto a uno
llamado Ananías que entra y pone sus manos sobre él para que pueda ver de nuevo.»
13 Al oír esto, Ananías dijo: «Señor,
muchos me han hablado de ese hombre y de todos los males que ha causado en
Jerusalén a tu pueblo santo. 14 Y ahora ha venido aquí, con
autorización de los jefes de los sacerdotes, a llevarse presos a todos los que
invocan tu nombre.»
15 Pero el Señor le dijo: «Ve, porque he
escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a
sus reyes, y también a los israelitas. 16 Yo le mostraré lo mucho que
tiene que sufrir por mi causa.»
17 Ananías fue a la casa donde estaba
Saulo. Al entrar, puso sus manos sobre él, y le dijo:
—Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te
apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la
vista y quedes lleno del Espíritu Santo.
18 Al momento cayeron de los ojos de
Saulo una especie de escamas, y recobró la vista. Entonces se levantó y fue
bautizado.19 Después comió y recobró las fuerzas, y se quedó algunos días
con los creyentes que vivían en Damasco.
Saulo predica en Damasco
20 Luego Saulo comenzó a proclamar en las
sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. 21 Todos los que lo oían se
quedaban asombrados, y decían:
—¿No es éste el que andaba persiguiendo en
Jerusalén a los que invocan el nombre de Jesús? ¿No es el mismo que también
vino aquí para arrestarlos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?
22 Pero Saulo hablaba cada vez con más
valor, y dejaba confundidos a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles
que Jesús es el Mesías.
Hechos 9
Conversión de Saulo
9 Mientras tanto, Saulo no dejaba de amenazar
de muerte a los creyentes en el Señor. Por eso, se presentó al sumo
sacerdote,2 y le pidió cartas de autorización para ir a las sinagogas de
Damasco, a buscar a los que seguían el Nuevo Camino, tanto hombres como
mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. 3 Pero cuando ya se
encontraba cerca de la ciudad de Damasco, una luz que venía del cielo brilló de
repente a su alrededor. 4 Saulo cayó al suelo, y oyó una voz que le
decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
5 Saulo preguntó: «¿Quién eres, Señor?»
La voz le contestó: «Yo soy Jesús, el mismo a quien estás
persiguiendo. 6 Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que
debes hacer.»
7 Los que viajaban con Saulo estaban muy
asustados, porque habían oído la voz pero no habían visto a
nadie. 8 Luego, Saulo se levantó del suelo; pero cuando abrió los
ojos, no podía ver. Así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a
Damasco. 9 Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber nada.
10 En Damasco vivía un creyente que se
llamaba Ananías, a quien el Señor se le presentó en una visión y le dijo:
«¡Ananías!» Él contestó: «Aquí estoy, Señor.»
11 El Señor le dijo: «Levántate y vete a
la calle llamada Derecha, y en la casa de Judas pregunta por un hombre de Tarso
que se llama Saulo. Está orando, 12 y en una visión ha visto a uno
llamado Ananías que entra y pone sus manos sobre él para que pueda ver de
nuevo.»
13 Al oír esto, Ananías dijo: «Señor,
muchos me han hablado de ese hombre y de todos los males que ha causado en
Jerusalén a tu pueblo santo. 14 Y ahora ha venido aquí, con
autorización de los jefes de los sacerdotes, a llevarse presos a todos los que
invocan tu nombre.»
15 Pero el Señor le dijo: «Ve, porque he
escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a
sus reyes, y también a los israelitas. 16 Yo le mostraré lo mucho que
tiene que sufrir por mi causa.»
17 Ananías fue a la casa donde estaba
Saulo. Al entrar, puso sus manos sobre él, y le dijo:
—Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te
apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la
vista y quedes lleno del Espíritu Santo.
18 Al momento cayeron de los ojos de
Saulo una especie de escamas, y recobró la vista. Entonces se levantó y fue
bautizado.19 Después comió y recobró las fuerzas, y se quedó algunos días
con los creyentes que vivían en Damasco.
Saulo predica en Damasco
20 Luego Saulo comenzó a proclamar en las
sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. 21 Todos los que lo oían se
quedaban asombrados, y decían:
—¿No es éste el que andaba persiguiendo en
Jerusalén a los que invocan el nombre de Jesús? ¿No es el mismo que también
vino aquí para arrestarlos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?
22 Pero Saulo hablaba cada vez con más
valor, y dejaba confundidos a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles
que Jesús es el Mesías.
Lucas 4
18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
19 a anunciar el año favorable del Señor.»
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
19 a anunciar el año favorable del Señor.»
1 Pedro 1
Alabanza a Dios
3 Alabemos al Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por
la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva, 4 y
hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo,
la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse. 5 Por la
fe que ustedes tienen en Dios, él los protege con su poder para que alcancen la
salvación que tiene preparada, la cual dará a conocer en los tiempos últimos.
6 Por esta razón están ustedes llenos de
alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por
muchas pruebas. 7 Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad
debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho
más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al
ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo
aparezca.
8 Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo
han visto; y ahora, creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una
alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con
palabras, 9 porque están alcanzando la meta de su fe, que es la
salvación.
10 Los profetas estudiaron e investigaron
acerca de esta salvación, y hablaron de lo que Dios en su bondad iba a darles a
ustedes. 11 El Espíritu de Cristo hacía saber de antemano a los
profetas lo que Cristo había de sufrir y la gloria que vendría después; y ellos
trataban de descubrir el tiempo y las circunstancias que señalaba ese Espíritu
que estaba en ellos. 12 Pero Dios les hizo saber que lo que ellos
anunciaban no era para ellos mismos, sino para bien de ustedes. Ahora pues,
esto es lo que les ha sido anunciado por los mismos que les predicaron el
evangelio con el poder del Espíritu Santo que ha sido enviado del cielo. ¡Éstas
son cosas que los ángeles mismos quisieran contemplar! 13 Por eso,
estén preparados y usen de su buen juicio. Pongan toda su esperanza en lo que
Dios en su bondad les va a dar cuando Jesucristo aparezca.
Dios nos llama a una vida santa
14 Como hijos obedientes, no vivan
conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. 15 Al
contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó,
es santo; 16 pues la Escritura dice: «Sean ustedes santos, porque yo
soy santo.»
✤ ✤ ✤ Dominus es vivus <3
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