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Mensaje del martes 24 de Marzo del 2020


“Es necesario que se unan y en una sola súplica pidan para que el Padre tenga misericordia de cada uno”


Martes 24 de Marzo del 2020……casa 6:38 p.m.

¡Amados hijos de mi corazón!
Con cuánto dolor vengo a cada uno en este momento frágil y difícil para ustedes. Es necesario que se unan y en una sola súplica pidan para que el Padre tenga misericordia de cada uno. El dolor es mucho y cuando se unen a mi Padre les concede con amor lo que le piden. Oren, oren sin cesar. Únanse en grupos a través de los medios de comunicación e imploren por el Mundo que padece mucho en este momento tan difícil. La enfermedad se podrá atenuar si se unen e imploran. Rueguen para que el Padre les conceda la salud y no olviden pedir por aquellas almas contagiadas que sufren mucho. Oren a cada momento por aquellas almas que cuidan a los enfermos. La oración con amor puede hacer posible que las almas se salven.
Únanse a mi Madre. Ella es fiel a mí y ora con constancia por cada uno de ustedes. El Rosario es un arma poderosa que rompe todo mal. Récenlo a diario. Escuchen Misa por los medios de comunicación y pídanme que los alimente de mí espiritualmente. También pueden hacer adoración ante mí en el Santísimo. Hay muchos programas que exponen todo el día al Santísimo. Cuando lo hagan únanse a mí y rueguen por este Mundo que padece mucho. No olviden que es importante orar por aquellas almas que están graves, así como por aquellas que han partido. Únanse conmigo y logremos que el Mundo sane. Los amo. ¡Vengo pronto! Amén
Jesús Misericordia Divina

¡Mis hijos más pequeños!
Con cuánto dolor vengo a suplicarles que oren por el Mundo por esta pandemia grave para que pronto encuentren la salud las almas y se consiga una vacuna que erradique la enfermedad. Únanse a mi y recen mucho, especialmente con el Rosario en mano. La oración debilita el mal y acaba con él. Recen el Rosario todos los días y supliquen al unísono por el Mundo. Los amo. No olviden permanecer refugiados mientras pasa el peligro. Amén
María Santísima del Corazón Inmaculado


Dominus es vivus.

Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis.


Mateo 7
»Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.


(señales antes del fin)
Lucas 21
Habrá grandes terremotos, y hambres y enfermedades en diferentes lugares, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales.


Salmo 46
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;
nuestra ayuda en momentos de angustia.


Salmo 91
Ya que has hecho del Señor tu refugio,
del Altísimo tu lugar de protección,
10 no te sobrevendrá ningún mal
ni la enfermedad llegará a tu casa;
11 pues él mandará que sus ángeles
te cuiden por dondequiera que vayas.


Juan 16
33 Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.


Filipenses 4
No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.


Salmo 4
8 (9) Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida,
pues tú, Señor, me haces vivir confiado.


Apocalipsis 22
12 «Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho. 13 Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin.»



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