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Mensaje del 19 de Diciembre del 2013.

“Es preciso hoy reconocer que la fe se pierde por permitir acciones contrarias a ella que denigran y debilitan la comunión con Dios.  Pidan al Espíritu Santo que guíe sus pasos. No desistan. Prepárense mucho en esta lucha que ha comenzado”.



Profecías, Decretos, Preceptos y Conjeturas dictados por la Santísima Virgen, Jesús y Dios Omnipotente Uno y Trino a mi alma mexicana. 
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Jueves 19 de Diciembre del 2013.            Santísimo y Santa Misa 11:00 a.m.

Hijos amados de mi corazón!
     Sufro mucho por ustedes. Estoy siempre solo en la Iglesia Santa y espero que vengan a mí. Me encuentro en los Sagrarios a la espera de mis hijos. Quisiera decirles que es oportuno que entiendan que los atrios se prepararon para venerarme y que mi consagración a través de la Eucaristía Santa les ha dejado vida. La vida que les doy a través de ella purifica y santifica. Para eso es preciso ahondar en este signo manifiesto que se recibe con fe, amor y capacidad de reconciliación. Quien viene a mí y come de mí se llena de vida. Es fortuito dar entendimiento de que es preciso recurrir al sacramento que reconcilia y une a mis hijos. Las culpas se borran, los pecados desaparecen y se purifican. Una vez reconciliados conmigo necesitan orar cumpliendo su penitencia y ya libres comulgar para que yo los llene de mi presencia. Quien se hace cómplice del pecado y no reconoce sus culpas no puede comer de mí. El alma que permanece limpia ante mí es revestida de mi amor, de mi bondad y de paz profunda. Sin embargo hay que dar mérito a todos aquellos que se esfuerzan cambiando de vida. La vida sustenta el alma porque soy yo quien se manifiesta a ella. Yo soy vida, luz abundante, camino seguro. Quiero pedirles que es imperioso fortalecer el alma comulgando a diario si se puede.
     Si ustedes se consagran a mí necesitan ser guiados por mi presencia. No es posible una vida consagrada sin la unión particular que permite que yo dirija cada paso que den. Aquellas almas que no reconocen la importancia de la infusión paráclita que dejé son almas que me han negado. Y quien me niega se pierde para siempre. Es mi Espíritu Santo quien viene a morar en cada alma dócil lo que transporta su presencia hacia mí. Quien reviste su vida de la sabiduría que le doy ha comprendido de manera justa la importancia de esta unión que participa salvedad y purifica el alma. El alma dócil a mí acarrea bienes espirituales que le permiten una compañía que le sujeta, le hace forte y le previene ante las insidias satánicas que buscan perder su alma. Mi Espíritu Santo los reviste de pureza, de verdad y defiende su vida de los ataques del maligno. Por tal motivo quiero que ustedes reconozcan la importancia de dejarse guiar por él. Él viene a rescatar a las almas que se perdieron iluminando su vida para que permanezcan en mí.
     Los acontecimientos actuales han provocado que mi presencia sea vista como un Dios que ha muerto, que no vive ni se manifiesta. Es preciso reconocer que sí vivo y me manifiesto a las almas a través de la infusión paráclita que permite dar sostenimiento a quien me reconoce como su Dios. Hoy se vive un desajuste improporcional en su visión hacia mí. Las almas han negado mi presencia en sus vidas y se han dejado arrastrar por el Mundo que solo ofrece perdición. La vida soy yo. Soy yo quien gratifica a las almas sumisas a mí. Yo me conduelo de quien sufre, doy estabilidad a su vida y una profunda paz que no se vive en las almas mundanas.
     El orgullo, la soberbia han acarreado muchos males a la Iglesia que sufre por la apostasía que hay. Aquellos que han renegado de la fe serán arrojados fuera de mi presencia donde arden las almas que me negaron. Hoy se necesita arrojo para que junto conmigo purifiquemos mi Iglesia Santa que sufre mucho. Porque la valentía viene de mí. Quien se hace cómplice del satanismo ha permitido que mi Iglesia se empañe, más hoy les digo que jamás prevalecerán las hades sobre mi Iglesia Santa. Serán expulsados fuera de ella. La desestabilización que hoy existe en ella se debe a que han permitido implantar herejías contrarias a la fe. Aquel que me niega a través de la infusión paráclita no me pertenece. Es mi Espíritu Santo que viene a rescatar a las almas que se consagraron y han sido fieles. Más sin embargo la lucha que se ha comenzado necesita de almas que se entreguen con vehemencia. Es a través de ustedes que necesito purificar mi Iglesia Santa. Para eso necesitan fortalecer su comunión conmigo haciendo penitencia por las almas que se han perdido. Ofreciendo sus misas, sus oraciones, ayunos y actos generosos para dar testimonio de un Dios que viene a rescatar a su Pueblo. Se necesita valentía para denunciar las acciones contrarias a la fe. Escúchenme bien: quien es fiel es revestido de mi presencia y quien se deja llevar por mí ayuda a las almas a convertirse. Para eso hay que pedir mucho por ellas. Hacer actos de caridad es indispensable para que reconozcan que yo vivo en las almas. El amor que yo les doy particípenlo. Lleven la luz abundante que les doy a las almas y díganles que anhelo que vuelvan a mí. Que las amo y que sufro por ellas. Que necesitan reconciliarse conmigo.
     ¡Vuelvan a mí todos mis hijos. Los espero siempre con los brazos abiertos! Les pido que vivan de acuerdo a mis leyes y mandamientos. Que oren unos por otros y den testimonio de un Dios que vive y viene pronto a reconciliarse con su Pueblo. Los amo. Estén preparados. Amén
Jesús Misericordia Divina


Ángeles míos!
Es preciso hoy reconocer que la fe se pierde por permitir acciones contrarias a ella que denigran y debilitan la comunión con Dios.  Pidan al Espíritu Santo que guíe sus pasos. No desistan. Prepárense mucho en esta lucha que ha comenzado. Para eso necesitan fortalecerse con el Rezo del Santo Rosario. Aquel que peque que se reconcilie con Dios lo antes posible y coman el Cuerpo Bendito de mi Hijo en la Eucaristía que les da vida y santifica. Escuchen la voz de mi Hijo que les pide se unan a él y den testimonio con sus acciones de que vive y está presente en su Iglesia Santa. Los amo. Busquen siempre la presencia de Dios y ayúdense mutuamente. Amén
Santa María del Corazón Inmaculado


Juan 6
26 Jesús les dijo:
—Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas.27 No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Ésta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
32 Jesús les contestó:
—Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.
34 Ellos le pidieron:
—Señor, danos siempre ese pan.
35 Y Jesús les dijo:
—Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. 36 Pero como ya les dije, ustedes no creen aunque me han visto. 37 Todos los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera. 38 Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado. 39 Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día último. 40 Porque la voluntad de mi Padre es que todos los que miran al Hijo de Dios y creen en él, tengan vida eterna; y yo los resucitaré en el día último.
41 Por esto los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque afirmó: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» 42 Y dijeron:
—¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?
43 Jesús les dijo entonces:
—Dejen de murmurar. 44 Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré en el día último.45 En los libros de los profetas se dice: “Dios instruirá a todos.” Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.
46 «No es que alguno haya visto al Padre; el único que lo ha visto es el que procede de Dios. 47 Les aseguro que quien cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan que da vida. 49 Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron; 50 pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no muere. 51 Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.»
52 Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
—¿Cómo puede éste darnos a comer su propia carne?
53 Jesús les dijo:
—Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. 57 El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. 58 Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.


Juan 6
63 El espíritu es el que da vida; lo carnal no sirve para nada. Y las cosas que yo les he dicho son espíritu y vida. 64 Pero todavía hay algunos de ustedes que no creen.


Juan 20
Jesús se aparece a los discípulos
19 Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:
—¡Paz a ustedes!
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. 21 Luego Jesús les dijo otra vez:
—¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
22 Y sopló sobre ellos, y les dijo:
—Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar.


Juan 8
Jesús, la luz del mundo
12 Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo:
—Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.


Juan 14
6 Jesús le contestó:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. 7 Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre; y ya lo conocen desde ahora, pues lo han estado viendo.


Juan 16
Lo que hace el Espíritu Santo
»No les dije esto desde un principio porque yo estaba con ustedes. 5 Pero ahora me voy para estar con el que me ha enviado, y ninguno de ustedes me pregunta a dónde voy; 6 al contrario, se han puesto muy tristes porque les he dicho estas cosas. 7 Pero les digo la verdad: es mejor para ustedes que yo me vaya. Porque si no me voy, el Defensor no vendrá para estar con ustedes; pero si me voy, yo se lo enviaré. 8 Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo quién es pecador, quién es inocente, y quién recibe el juicio de Dios. 9 Quién es pecador: el que no cree en mí; 10 quién es inocente: yo, que voy al Padre, y ustedes ya no me verán; 11 quién recibe el juicio de Dios: el que gobierna este mundo, que ya ha sido condenado.
12 »Tengo mucho más que decirles, pero en este momento sería demasiado para ustedes. 13 Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que van a suceder. 14 Él mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes. 15 Todo lo que el Padre tiene, es mío también; por eso dije que el Espíritu recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes.
16 »Dentro de poco, ustedes ya no me verán, pero un poco más tarde me volverán a ver.


1 Corintios 2
Dios da a conocer sus secretos por medio del Espíritu
6 Sin embargo, entre los que ya han alcanzado la madurez en su fe sí usamos palabras de sabiduría. Pero no se trata de una sabiduría propia de este mundo ni de quienes lo gobiernan, los cuales ya están perdiendo su poder. 7 Se trata más bien de la sabiduría oculta de Dios, del designio secreto que él, desde la eternidad, ha tenido para nuestra gloria. 8 Esto es algo que no han entendido los gobernantes del mundo presente, pues si lo hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria. 9 Pero, como se dice en la Escritura:
«Dios ha preparado para los que lo aman
cosas que nadie ha visto ni oído,
y ni siquiera pensado.»
10 Éstas son las cosas que Dios nos ha hecho conocer por medio del Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las cosas más profundas de Dios.
11 ¿Quién entre los hombres puede saber lo que hay en el corazón del hombre, sino sólo el espíritu que está dentro del hombre? De la misma manera, solamente el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que entendamos las cosas que Dios en su bondad nos ha dado. 13 Hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, y no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas espirituales con términos espirituales.
14 El que no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. Y tampoco las puede entender, porque son cosas que tienen que juzgarse espiritualmente. 15 Pero aquel que tiene el Espíritu puede juzgar todas las cosas, y nadie lo puede juzgar a él. 16 Pues la Escritura dice: «¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá instruirle?» Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo.


2 Corintios 7
7 Así pues, queridos hermanos, éstas son las promesas que tenemos. Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en el espíritu; y en el temor de Dios procuremos alcanzar una completa santidad.


Proverbios 11
2 El orgullo acarrea deshonra;
la sabiduría está con los humildes.


Proverbios 16
16 Más vale adquirir sabiduría que oro;
más vale entendimiento que plata.
17 La norma de los justos es apartarse del mal;
cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo.
18 Tras el orgullo viene el fracaso;
tras la altanería, la caída.

1 Timoteo 4
4 Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. 2 Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones


2 Pedro 2
Los falsos maestros
2 Hubo también falsos profetas entre el pueblo de Israel; y así habrá falsos maestros entre ustedes. Ellos enseñarán con disimulo sus dañinas ideas, negando de ese modo al propio Señor que los redimió; esto les atraerá una rápida condenación.2 Muchos los seguirán en su vida viciosa, y por causa de ellos se hablará mal del camino de la verdad. 3 En su ambición de dinero, los explotarán a ustedes con falsas enseñanzas; pero la condenación los espera a ellos sin remedio, pues desde hace mucho tiempo están sentenciados.
9 El Señor sabe librar de la prueba a los que viven entregados a él, y sabe tener a los malos bajo castigo para el día del juicio.10 El Señor castigará sobre todo a los que siguen deseos impuros y desprecian su autoridad. Son tercos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los poderes superiores;
17 Esos maestros son como pozos sin agua, como nubes llevadas por el viento; están condenados a pasar la eternidad en la más negra oscuridad. 18 Dicen cosas altisonantes y vacías, y con vicios y deseos humanos seducen a quienes a duras penas logran escapar de los que viven en el error. 19 Les prometen libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción; porque todo hombre es esclavo de aquello que lo ha dominado. 20 Pues los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y han escapado así de las impurezas del mundo, si se dejan enredar otra vez en esas cosas y son dominados por ellas, quedan peor que antes.21 Hubiera sido mejor para ellos no haber conocido el camino recto que, después de haberlo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero en ellos se ha cumplido la verdad de aquel dicho: «El perro vuelve a su vómito», y también lo de «La puerca recién bañada vuelve a revolcarse en el lodo.»



Mateo 16
17 Entonces Jesús le dijo:
—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo. 18 Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. 19 Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.


Salmo 19
19 (2) El cielo proclama la gloria de Dios;
de su creación nos habla la bóveda celeste.
2 (3) Los días se lo cuentan entre sí;
las noches hacen correr la voz.
3 (4) Aunque no se escuchan palabras
ni se oye voz alguna,
4 (5) su mensaje llega a toda la tierra,
hasta el último rincón del mundo.
Allí Dios puso un lugar para el sol,
5 (6) y éste sale como un novio de la habitación nupcial,
y se alegra como un atleta al emprender su camino.
6 (7) Sale el sol por un lado del cielo
y da la vuelta hasta llegar al otro,
sin que nada pueda huir de su calor.
7 (8) La enseñanza del Señor es perfecta,
porque da nueva vida.
El mandato del Señor es fiel,
porque hace sabio al hombre sencillo.
8 (9) Los preceptos del Señor son justos,
porque traen alegría al corazón.
El mandamiento del Señor es puro
y llena los ojos de luz.
9 (10) El temor del Señor es limpio
y permanece para siempre.
Los decretos del Señor son verdaderos,
todos ellos son justos,
10 (11) ¡son de más valor que el oro fino!,
¡son más dulces que la miel del panal!
11 (12) Son también advertencias a este siervo tuyo,
y le es provechoso obedecerlas.
12 (13) ¿Quién se da cuenta de sus propios errores?
¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!
13 (14) Quítale el orgullo a tu siervo;
no permitas que el orgullo me domine.
Así seré un hombre sin tacha;
estaré libre de gran pecado.
14 (15) Sean aceptables a tus ojos
mis palabras y mis pensamientos,
oh Señor, refugio y libertador mío.