"Por Amor se vive y se muere a la vez"
El Amor
El Amor es así, fiel, hermoso, se conoce, se percibe, no se
es capaz de rechazarlo porque está ahí, manifiesto, sutil pero perceptible.
Por Amor se vive y se muere a la vez.
El Amor es así, vano, cruel, irrefutable cuando la añoranza
no permite que se lleve a la realización por no comprenderse, más sin embargo
cuando se manifiesta es dócil, bondadoso y armonioso.
Al acabarse el Amor se acaba todo, nada existe, no se deja
vivir, ser ni existir. Más sin embargo el verdadero Amor vive, está ahí, no se
aleja ni se va, sino permanece fiel a cada momento para convertirse en lo más
majestuoso viviente, que no hay más que se pueda ser. Tan grande es que por ser
ya no vive por sí mismo, pero sí está dispuesto a lo que será y viene por
prodigarse hermoso, tierno, próximo.
El Amor se distingue cuando se da y se renueva día a día sin
pertenecer a lo que podría vencerlo y así sin omisión se entrega profundamente.
El Amor llega de manera impetuosa, inimaginable, inigualable
como aquel resquebrajo que atañe a quienes buscan por sí solos que se convierta
en algo muy profundo, y que cuando lo encuentran se transforma en todo lo que
hay dentro, que vive y se reviste de plenitud, que solo se ofrece cuando existe
de veras, indefinible pero a la vez persistente porque se es capaz de dar por la
bondad del corazón y se recibe cuando es grande y perenne.
El Amor se otorga cuando se es fiel y se reviste de
benignidad cuando se antoja ser por vivir y por vivir morir. Se da sin pensar,
viviendo por siempre y sujetándose a los destellos majestuosos de su
existencia.
Cuando el alma espera recibir se reviste de plenitud, pues
en la plenitud está el dar y percibir que un grande Amor puede existir con el
correr de los años porque es y se devenga en la honestidad que busca encontrar
lo que no existe y se encuentra en la otra alma, otorgándose por la misma
dulzura que hoy proclama que se vive por lealtad y por no encontrar en nadie más
lo que se haya en la otra.
Un Amor surge sin pensarlo por pertenecerse y porque tiene
la oportunidad de acrecentarse dándose más de lo que se puede ser y otorgar sin
pensar, que crece tanto que hasta puede parecer insensato para los demás por no
descubrirlo en ellos.
Amor es el rencuentro de dos almas que se buscan, se
anhelan, se agradan, se da para profesarlo, describirlo y darlo a todos los que
quieran seguir los sentidos de la vida sin la insensatez de negarlo.
El Amor está a la puerta de manera irrefutable que brinca el
sentido, el entendimiento, dando a conocer que la pureza del alma se da cuando
el conocimiento es fiel, sin importar el qué dirán, pues se da de manera dulce,
sutil y tanto que no es posible amar más.
Un Amor armonioso nace, se acrecienta, es dócil, maravilloso
y provisto de lo mejor porque se siente, se prodiga aún en la lejanía,
existiendo por el sentimiento mutuo que une por siempre.
El amor profundo se grita para dar ejemplo de que se puede
transferir y dar sustento de que cuando se ama el tiempo y la distancia no importan,
pues se puede prodigar de que por el mismo se muere por existir, por ser, por
sentir y por defender que es real, existiendo en la nobleza del alma que
resiste.
En el anhelo de las almas está el amarse profundamente, buscándose,
dándose el uno al otro lo mejor que se posee que es la lealtad misma de quien se
dice enamorado y no puede vivir su existencia si la otra no está.
El verdadero Amor es rescatado, sumiso, no escandaloso, más sí
armonioso. Se reconoce cuando es real dejando huella de que es perenne si se
queda y se ofrece por vivirlo llenando de ilusión. Es por real verdadero y por
verdadero eficaz y sublime.
El Amor es posible cuando se espera y en la esperanza de
encontrarse se suscita de manera prodigiosa y pura.
El Amor en la distancia no ocupa los sentidos, más sí los
sentimientos que se buscan en el tiempo y que se esperan por bondad del corazón
para persistir por siempre.
El Amor habita en los corazones que laten con fuerza y que
renuevan su estadía por la plenitud de los sentidos que nos dicen que es real y
por real viene a ser hermoso.
Un Amor grande no perece y repara en la presencia de un
existir sublime, fiel e impetuoso.
El Amor se proclama aún en la distancia cuando este es
vasto, profundo, leal, armonioso y lleno de bondad. Resiste ante cualquier
tribulación. Se da por la entereza del corazón, puro, santo, sublime y en la
limpieza del alma honrosa por sus actos y no por cobardía, sin poderse destruir
porque es eterno.
Mensaje recibido por Laura Salazar en unción con el Espíritu
Santo