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Mensaje del 24 de Julio del 2015.

“Yo quiero que ustedes reconozcan que el fruto del amor que yo doy es la paz. Esa paz que se consigue a través mío sana las heridas de mis hijos. No sufran. Acérquense a mí”.



Profecías, Decretos, Preceptos y Conjeturas dictados por la Santísima Virgen, Jesús y Dios Omnipotente Uno y Trino a mi alma mexicana.
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Viernes 24 de Julio del 2015.                  Santísimo y Santa Misa 5:00 p.m.

Hijos queridos de mi corazón!
     Este corazón que sufre por un amor piadoso les dice a ustedes: busquen hacer justicia en el Mundo. Quien es leal sabe reconocer que el amor se da, se conmisera y sirve a quienes necesitan reconocerme. Yo soy Dios y anhelo que mis hijos vuelvan a mí. La fe se acrecienta a base de actos generosos que proveen de amor a otros. Necesito de ustedes para que participen que mi corazón sufre mucho por las almas que se van.
     Sáciense de mí. Yo doy honor y reconstruyo su vida. Los hago sumisos, fieles y llenos de alegría. Quien se compadece ha reconocido que el amor se da en caridad. Den frutos, sean abnegados, sumisos y fieles a mí.
     Para que el corazón no sufra es necesario que reconozcan que el amor rompe con todo poder del maligno que destruye el honor y que provoca ira. La ira no proviene de mí, quien odia tampoco. Yo quiero que mis hijos comprendan que estoy vivo, doy honor a mis hijos y participo con ellos en el Mundo. A través de mis hijos doy testimonio de un Dios vivo que crea en mis hijos confianza indestructible que trae consigo la paz verdadera. Esa paz se alimenta de mí. Yo quiero que ustedes reconozcan que el fruto del amor que yo doy es la paz. Esa paz que se consigue a través mío sana las heridas de mis hijos. No sufran. Acérquense a mí. Aprendan a valorar la vida porque es justa y se conmueve de la generosidad de los demás. Cuando descubras que mi amor es grande, es leal no te resistirás más a mi presencia en ti.
     Yo doy honor, habito en las almas sutiles y elegidas por mí. Mi corazón que sufre te invita a compartir todo lo que doy. Si manifiestas a mis hijos que estoy vivo y das amor ellos reconocerán en ti mi presencia. No temas, yo soy justo Dios y veo el esfuerzo tuyo que haces por proseguir el camino que te trazo. No es fácil seguirme cuando el Mundo te atrae. Por eso te invito a renunciar a él porque quien encuentra mi presencia no participa en el Mundo. El Mundo atrae a muchas almas pero pierde muchas vidas. En él encuentras ingratitud hacia mí porque no reconocen mi voz. Les atrae el placer y hacen de su Dios al dinero. Yo soy Dios de justos y a los soberbios los detesto. La soberbia apaga el alma porque se creen a sí mismos un Dios. Yo soy Dios celoso y nadie que me ame más que al Mundo se pierde. Yo habito en el alma pura, noble y generosa de corazón. Mi corazón anhela almas fieles que se den a sí mismas y participen con fervor el amor que doy. Yo reconstruyo vidas, vidas apagadas por el dolor que perecen y se sienten tristes porque no encuentran quien participe con ellos dándoles caridad. La caridad viene de mí. Quien ama se compadece, da aliento e invita a seguirme. Yo te invito a ti a valorar mi corazón que sufre porque anhela que mis hijos vuelvan a mí.
     No odies. El odio acarrea ira y si la ira llega a tu vida el rencor y el dolor te provocan venganza. Quien es fiel perdona y se perdona a sí mismo. Para dar es necesario reconocerse en mí. Por eso te digo a ti que me escuchas que fortalezcas tu corazón conmigo orando, practicando la piedad,  dando generosidad a las almas que buscan esa unión forte conmigo. Quiero que reconozcas que para seguirme debes abandonar todo lo que te distraiga de mí eso es: participación en el Mundo, placeres, vicios, idolatría y actos paganos que lleven a la perdición.
    No odies. Ama y vive. Porque el amor te da vida te digo: la generosidad se complace con la unión de mi corazón con el tuyo. Yo habito y vivo en ti si me abres tu corazón y permites que te inunde  de mi presencia. Ámame y entrégame tu dolor que yo habré de conducirte a un Mundo nuevo lleno de regocijo en mi presencia.
     Te dejo y te digo: toma las armas espirituales que te doy y fortalece tu corazón con mi presencia. Da caridad y no pidas retribución porque el honor lo doy yo. Da sin esperar porque la recompensa soy yo que habito en ti. Dame tu corazón que yo habré de transformarlo. Doy pureza y esta se acrecienta con el desvelo de tus esfuerzos. La lealtad se consigue con un corazón puro y contrito. Ámame y espera el momento en que vendré de nuevo. Es pronto. Espera en mí. Amén
Jesús Misericordia Divina


Mis hijos pequeños!
     Un amor se abastece de la plenitud que alcanza por la presencia de mi Hijo. Busca siempre la verdad en ella radica siempre la gracia. Yo te doy armas. Lucha, reza el Rosario, implora y pide que las almas vuelvan al buen camino. No dediques tu tiempo al Mundo porque en él no encuentras el verdadero amor. Para amar es necesario contemplar la grandeza de un Dios bueno que desea que sean fieles.  Da amor y recibe la recompensa con la presencia de mi Hijo amado. Ora en silencio porque la oración fiel es aquella que proviene de lo profundo de tu corazón. Quien ora en silencio recibe de mí bendición porque te protejo del mal. Satanás no puede con las almas que hacen oración en silencio. Contempla los misterios del Rosario y hazlos vida. Te amo. Lucha contra el mal y decídete a seguir a Cristo, mi amoroso Hijo. Amén
Santa María del Corazón Inmaculado


2 Pedro 1
5 Y por esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento; 6 al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción; 7 a la devoción, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor.


Efesios 5
Ustedes, como hijos amados de Dios, procuren imitarlo. 2 Traten a todos con amor, de la misma manera que Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.
3 Ustedes deben portarse como corresponde al pueblo santo: ni siquiera hablen de la inmoralidad sexual ni de ninguna otra clase de impureza o de avaricia. 4 No digan indecencias ni tonterías ni vulgaridades, porque estas cosas no convienen; más bien alaben a Dios. 5 Pues tengan por cierto que quien comete inmoralidades sexuales, o hace cosas impuras, o se deja llevar por la avaricia (que es una especie de idolatría), no puede tener parte en el reino de Cristo y de Dios.


Mateo 6
Jesús enseña sobre tres prácticas de piedad
»No hagan sus buenas obras delante de la gente sólo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio.
1. Sobre la limosna
2 »Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio.3 Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; 4 hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
2. Sobre la oración
5 »Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. 6 Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.


1 Juan 2
15 No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre; 16 porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas. 17 Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.


1 Corintios 13
13 Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 2 Y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. 3 Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve.
4 Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, 5 ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; 6 es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. 7 Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.
8 El amor jamás dejará de existir. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. 9 Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, 10 que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.
13 Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.


1 Juan 4
20 Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve. 21 Jesucristo nos ha dado este mandamiento: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.


Filipenses 4
4 Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! 5 Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca.
6 No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. 7 Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
8 Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.


Mateo 5
Lo que realmente cuenta ante Dios
3 «Dichosos los que tienen espíritu de pobres,
porque de ellos es el reino de los cielos.
4 »Dichosos los que sufren,
porque serán consolados.
5 »Dichosos los humildes,
porque heredarán la tierra prometida.
6 »Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque serán satisfechos.
7 »Dichosos los compasivos,
porque Dios tendrá compasión de ellos.
8 »Dichosos los de corazón limpio,
porque verán a Dios.
9 »Dichosos los que trabajan por la paz,
porque Dios los llamará hijos suyos.
10 »Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo,
porque de ellos es el reino de los cielos.


Santiago 4
6 Pero Dios nos ayuda más con su bondad, pues la Escritura dice: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con bondad a los humildes.» 7 Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y éste huirá de ustedes. 8 Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que quieren amar a Dios y al mundo a la vez!


Salmo 147
3 Él sana a los que tienen roto el corazón,
y les venda las heridas.

Dominus es vivus <3
Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis.


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