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Mensaje del Lunes 11 de Mayo del 2020


“La oración rompe el odio, la discordia y la enfermedad”

Lunes 11 de Mayo del 2020……9:30 p.m.

¡Amados hijos de mi corazón!
Yo su Padre pido a cada uno de ustedes que se unan y supliquen por el Mundo. El Mundo padece mucho. La alegría vendrá cuando cada uno ofrezca su corazón y su vida para orar por cada alma que sufre. La oración rompe el odio, la discordia y la enfermedad. Ámense, no titubeen. El amor se da siempre. Reconozcan que el amor mío supera toda expectativa y les ayuda a vivir de acuerdo a mi voluntad. Sigan orando siempre y no olviden que la honra que me hacen es servir a sus semejantes. Quien ama así ha reconocido el amor mío. Supliquen por el Mundo porque yo quiero sanarlo. La tribulación termina cuando el alma comprende la importancia de vivir unido a mí. Por eso quiero que cada uno se ofrezca a sí mismo como víctima expiatoria y ruegue para que las almas alcancen la paz. Los amo con todo el corazón y espero de cada uno recibir lo mismo. Amén
Dios Omnipotente Uno y Trino

¡Amados hijos de mi corazón!
Mi corazón está esperando que vengan a mí. Cada alma fiel recibe de mí un amor muy grande, tan grande que con él pueden vivir llenos de alegría y paz. Amar a Dios implica un compromiso de vida: es honrar su nombre, enaltecerlo con obras buenas y caminar con él. El camino que les trazo no es fácil seguirlo si ustedes no comprenden la importancia de amar al prójimo. Quien ama a su hermano ha comprendido el amor que le doy. Este amor mío rompe el odio y ayuda a mejorar su vida. Cuando el alma habita en mí es porque mi amor está en él. Ámenme como yo lo hago con ustedes, con un amor puro, sumiso y fiel a mí. Este amor mío es bueno y recompensa a cada alma que viene a mí. Cuando conocen mi voz mi alma se llena de alegría.
Yo quiero que cada uno comprenda el camino que le trazo. La misión es importante en la vida, cada alma tiene una. Distribuir luz abundante es lo que les pido a todos. La luz viene de mí y con ella ustedes aprenderán a vivir unidos a mí. Ámense los unos a los otros como yo los amo, con un corazón limpio. Mi corazón rompe el odio que habita en ti cuando el amor que te doy lo recibes bien.
Les pido que ofrezcan su vida al servicio mío. Honrar mi nombre es lo que pido. Esfuércense mucho por proclamar la buena nueva. Les retribuyo con un amor tan grande que los bendice siempre.
Ámenme mucho y reconozcan que yo soy Dios bueno. En mi habita la paz, la esperanza y el honor. Los amo. ¡Vengo pronto! Amén
Jesús Misericordia Divina

¡Mis amados pequeñitos!
Los amo y deseo que cada uno comprenda su misión terrenal. Esa misión es aquella que mi Hijo amado dispone para cada uno. Búsquenlo y pídanle que les enseñe el camino que deben seguir. Amen con todo el corazón y ofrezcan su vida a él sirviéndolo con amor. Dediquen tiempo a la Misa. Hoy pueden seguirlo por los medios de comunicación. Él está vivo y presente ahí y los alimenta de él siempre. Pídanle que venga a cada uno y los llene de su presencia.
Honren su nombre y ofrezcan a diario su vida por él. Cuando lo hacen el fruto es muy bueno pues pueden conseguir que las almas que no lo conocen se conviertan. Ofrezcan a diario sus obras y cada acto que hacen, Supliquen así: “Dulce Jesús, hoy te ofrezco mi dolor, mi vida, mi oración y todo lo que hay en mi corazón como oblación para ti por medio del Corazón amoroso e inmaculado de tu dulce y santa Madre en honor a tu pasión dolorosa y muerte que hizo posible que tengamos vida: por las almas que no te conocen y sufren, por las que se olvidan de ti y pierden la fe y por todas aquellas que han olvidado que tu eres Dios, para que se salven, se arrepientan de sus ofensas hacia ti y conviertan su alma a ti. Amén” Cuando haces esto ayudas a que muchas almas se salven y tu recibes la paz que mereces. No te olvides de rezar el Rosario también pues es un arma poderosa contra el mal. Amén
María Santísima del Corazón Inmaculado

Dominus es vivus.

Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis.


1 Timoteo 2
1 Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad.


Eclesiástico 34
"16. Los ojos del Señor miran a aquellos que lo aman: él es escudo poderoso y apoyo seguro, refugio contra el viento abrasador y el ardor del mediodía, salvaguardia contra el tropiezo y auxilio contra la caída. 17. Él levanta el ánimo e ilumina los ojos, da salud, vida y bendición."


Hebreos 13
16 No se olviden ustedes de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.


Proverbios 3
No abandones nunca el amor y la verdad;
llévalos contigo como un collar.
Ten presente al Señor en todo lo que hagas,
y él te llevará por el camino recto.
28 No dejes para mañana
la ayuda que puedas dar hoy.


1 Juan 4
Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él.


Proverbios 10
12 El odio provoca peleas,
pero el amor perdona todas las faltas.


Salmo 101
Pondré mis ojos en los hombres leales,
para que vivan junto a mí;
sólo estará a mi servicio
el que lleve una vida recta.


Marcos 1
Una voz grita en el desierto:
“Preparen el camino del Señor;
ábranle un camino recto.”»


Job 11
18 Tendrás esperanza y podrás vivir confiado;
bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo.


Apocalipsis 22
12 «Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho. 13 Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin.»


Hechos 20
24 Para mí, sin embargo, mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena noticia del amor de Dios.


Hebreos 6
10 Porque Dios es justo, y no olvidará lo que ustedes han hecho y el amor que le han mostrado al ayudar a los del pueblo santo, como aún lo están haciendo.


Isaias 25
Señor, tú eres mi Dios;
yo te alabo y bendigo tu nombre



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