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Mensaje del Jueves 04 de Junio del 2020


“Mi corazón sufre por cada alma que se aparta de la gracia y peca gravemente al participar en el Mundo”

Jueves 04 de Junio del 2020………8:20 p.m.
Jesús Sumo y Eterno Sacerdote.

¡Amados hijos de mi corazón!
Mi corazón está aquí presente y como siempre les hago un llamado. Vengan a mi corazón doloroso que sufre por mis hijos distantes a mí. Dediquen tiempo a servirme. Oigan el llamado que les hace un Padre amoroso. Yo quiero que sepan que cada vez que se unen a mi corazón palpita de emoción. Este corazón mío se anega en cada alma fiel y la ayuda a seguir mis pasos. Con el corazón se ama y se da sustento de mí.
El amor mío rompe todos los lazos de maldad que existen en cada alma, destruye la perversidad del demonio y ayuda a cada alma a amar como yo. El amor mío es muy generoso porque ayuda a cada alma a reconocer el bien y engrandecer sus acciones con el testimonio de mí. Cada alma fiel se llena de paz y su corazón es sanado de todo dolor por la comunión conmigo.
Es imperioso dar testimonio con sus obras del amor mío. Quien se compadece del que sufre es bien retribuido por mí. Tus obras dan constancia de este amor mío que es muy misericordioso, pues en él está la ayuda que necesitan las almas. Amar con el amor mío ayuda a permanecer alejados del mal camino y ahonda en una profunda fe en mí. Quien sabe amar es porque mi corazón vive en él.
Este mes que celebramos juntos a mi Corazón Sagrado yo entrego a mis hijos fieles a mí un corazón bueno, noble y generoso que ayuda a cada uno a vivir de una manera segura y distante del Mundo que provee solo la perdición. Porque el Mundo no te retribuye nada bueno te digo a ti: “Mi corazón sufre por cada alma que se aparta de la gracia y peca gravemente al participar en el Mundo”. Amar a Dios implica un compromiso de vida y ese es servirlo a él, dar testimonio con sus obras y engrandecer su nombre. Ámame como te amo yo. No te dejes guiar por el Mundo porque el placer que te sostiene en él no te retribuye nada bueno. Las obras del diablo son esas: alejar a mis hijos de mí logrando que pierdan la fe. No olvides que mi corazón sufre por ti si sigues los pasos que te encaminan a la perdición.
Engrandecer mi nombre es vivir de acuerdo a mi voluntad con la enseñanza que te dejé en la Santa Biblia. En ella está escrito cómo quiero que tú vivas. Amar por sobre todo es lo que pido. Quien no ama no ha conocido a Dios porque el amor proviene de mí y es maravilloso. Quien ama como yo sabe que la caridad es importante para servirme. Da a tu hermano lo que necesita pues todo lo que haces en bien de los demás me lo haces a mí mismo. Ama como yo, vive de acuerdo a mi voluntad y no te olvides que vengo pronto. Amén
Jesús Misericordia Divina

¡Mis hijos pequeños!
El corazón de mi Hijo es muy noble y seguro refugio. Quien se refugia en él ha conocido el amor. Ese amor es majestuoso y transforma toda alma. Con la ayuda de él las almas se salvan. Déjate amar por él. No condiciones el amor que te da porque él sufre por ti. Si lo amas debes saber que para corresponder a ese amor que te da se necesita entereza y una fe profunda. Quien lo ama recibe de él mucha paz y una alegría nueva con un gozo profundo. El amor de Dios es maravilloso, destruye todo propósito malo y sana todas las heridas. Déjate amar por él. Yo te amo también mucho y quien lo ama a él como yo lo amo es porque ha conocido a Dios. Amén
María Santísima del Corazón Inmaculado

Dominus es vivus.
  
Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis.

Juan 12
26 Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me sirva. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.

Salmo 143
Por la mañana hazme saber de tu amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
Hazme saber cuál debe ser mi conducta,
porque a ti dirijo mis anhelos.

1 Juan 4
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

Juan 14
23 Jesús le contestó:
—El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.

Salmo 40
11 No me niegues, Señor, tu misericordia;
que siempre me protejan tu amor y tu verdad.

Salmo 36
7 (8) ¡Qué maravilloso es tu amor, oh Dios!
¡Bajo tus alas, los hombres buscan protección!

Salmo 147
Él sana a los que tienen roto el corazón,
y les venda las heridas.

2 Timoteo 1
No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor

34 Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. 35 Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. 36 Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.” 37 Entonces los justos preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? 38 ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?” 40 El Rey les contestará: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron.”

1 Juan 2
15 No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre; 16 porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas. 17 Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.

1 Juan 3
pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.
Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios.

Apocalipsis 22
12 «Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho. 13 Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin.»

Salmo 91
dice al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»


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