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Mensaje del Domingo 03 de Noviembre del 2013.


“Las vicisitudes hacen que las almas sufran y muchas de ellas pierdan la comunión con Dios”."La Fe hace que se fortalezca el espíritu y si se fortalece, sana el alma”.

Domingo 03 de Noviembre del 2013.     Sagrario y Santa Misa 5:45 p.m.

Mis hijos amorosos!
Muchas veces en la vida van sufriendo a causa de las vicisitudes y se abandonan sin merecimiento de un Dios que viene a retribuir bondad, consuelo y paz. Las almas que sufren necesitan reconocer que para vivir y sentirse bien tienen que tener en cuenta que se necesita la comunión con Dios. Al apartarse el alma sufre porque la comunión con Dios no existe. Entonces se llenan de rencor, dolor profundo porque no conocen que para vivir hay que otorgar. Quien así lo hace lleva al Mundo un sin fin de bendiciones que acompañan cada paso con la unión con Dios. Yo quiero que conozcan que para vivir feliz se necesita una comunión particular entre todos. La soledad va vaciando el alma y desposeyendo el amor por el abandono que reciben. Muchos de mis hijos sufren mucho porque nadie les da amor y reciprocidad a sus gestos amables. Aquellos que sufren deben ser revestidos del Amor que necesitan, dándoles una palabra de aliento, consuelo, palabras suaves que los hagan favorecer la vida. Porque la vida en el abandono es triste les pido que cambien de conducta. Hay muchas almas que necesitan reforzar la Fe con la esperanza de un aliento suave que les permita disipar el profundo dolor que padecen. Hoy quiero que conozcan que quien se dice fiel a mí debe ayudar al prójimo, hacerle sentir valioso, ayudando con caridad que se traduce en gestos nobles que permiten sentir que no están solos. La soledad y el vacío de muchas almas hacen que muchas de ellas perezcan. El amor se apaga y la continua vaciedad del alma hace que muchas de ellas se sientan inseguros, sin nadie que les recompense en la vida y entonces ponen fin a su vida. Cuando el alma perece porque no tuvo amor y se quita la vida no van al cielo. Se quedan sin ver la Luz y necesitan las plegarias de los demás para poder reconciliarse conmigo. Hoy quiero pedirles a todos que se esfuercen en su vida por participar la importancia de tener una vida llena de mi presencia con sus actos nobles que permitan dar entendimiento a otras almas de que yo doy paz, profunda conmiseración y les ayudo a crecer en la Fe. La Fe es importante para alimentarse de mí. Actos paganos hacen que se pierda. Cuando el alma vive en el Mundo y se deja llevar por los vicios, la lujuria, el derroche excesivo va perdiendo la comunión conmigo y es entonces que su alma ya no puede sentir Amor. La desesperanza llega a muchas de ellas. El suplicio que padecen es mucho, entonces se enferman y pierden la batalla cuando no recapacitan que sin Dios no se vive.
Las quejas constantes de muchas almas que me dicen: Porqué estoy enfermo? Hacen que mi corazón sufra. El dolor y el sufrimiento lo reciben con sus actos que hacen que se pierda la amistad conmigo. La Fe hace que se fortalezca el espíritu y si se fortalece sana el alma. Yo soy un Dios benevolente que quiere que ustedes me escuchen, más sin embargo muchos son mis llamados, así como la espera. Cuando el alma perece porque no percibe mi presencia recibe dolor. Hoy les pido a todos que invoquen al Espíritu Santo en cada momento que necesitan ayuda. La fortaleza que viene de mí provoca en muchas almas una alegría que se percibe y manifiesta a través de sus obras. El ejemplo que da cada alma que me conoce ayuda a que las almas apartadas de mí reconozcan mi voz. Muchas veces en el camino hay tropiezos pero es el esfuerzo constante lo que ayuda a mejorar su vida y conducirse por el buen camino. Yo trazo el camino y les enseño el camino seguro. Si ustedes se ofrecen a diario a mí, vienen a visitarme a mi Santa Iglesia, oran con constancia yo apago el dolor y les doy la paz. El ofrecimiento que hacen  muchas almas de su vida motiva a otras a permanecer unidos a mí. Condúzcanse por el buen camino! Den testimonio de su vida! Donde hay amor hay luz y la luz conduce al camino seguro. Les pido que dirijan sus pasos al servicio. Den testimonio de un Dios Vivo en sus comunidades que sean Marianas. Se necesita el rezo del Santo Rosario para romper vínculos perversos en las almas que se apagaron y que Satanás pierde. La infusión del Espíritu Santo en las comunidades Marianas fortalece la unión porque vengo yo a ustedes a dirigir sus pasos, dando testimonio de un Dios benevolente que se manifiesta, se comunica con su Pueblo y quiere que sus hijos se salven. Si ustedes permiten la infusión del Espíritu Santo se fortalece la comunidad y a cambio les doy la salvedad de muchas almas porque las sano y las curo de mucho dolor que padecen. Pido por el amor infinito que me tienen que pregonen con Fe cada Legajo que participa mi amada hija Laura para que otros conozcan la manera como deben conducirse. Los amo y les digo ¡Vengo Pronto!, estén preparados. Amén
Jesús Misericordia Divina

Ángeles míos!
Anhelo que muchas almas vengan a mí. Participen en grupos de oración donde el Rosario sea la oración más importante y dirijan sus ojos al Mundo que sufre. Pidan porque se acaben las Guerras y se conviertan las almas. Se necesita reforzar cada grupo con la infusión del Espíritu Santo donde mi hijo amado les conduzca cada paso que den y juntos se purifique la Iglesia Santa que sufre. Actos perversos pueden ser destruidos por la comunión de mis hijos. Estén atentos a las señales que se les dan y fortalezcan su unión ayudándose mutuamente. Los amo y les ofrezco mi ayuda maternal por siempre. Amén
María Santísima del Corazón Inmaculado

Salmos 22
Grito de angustia y canto de alabanza
22 (2) Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?,
¿por qué no vienes a salvarme?,
¿por qué no atiendes a mis lamentos?
2 (3) Dios mío,
día y noche te llamo, y no respondes;
¡no hay descanso para mí!
3 (4) Pero tú eres santo;
tú reinas, alabado por Israel.
4 (5) Nuestros padres confiaron en ti;
confiaron, y tú los libertaste;
5 (6) te pidieron ayuda, y les diste libertad;
confiaron en ti, y no los defraudaste.
6 (7) Pero yo no soy un hombre, sino un gusano;
¡soy el hazmerreír de la gente!
7 (8) Los que me ven, se burlan de mí;
me hacen muecas, mueven la cabeza
8 (9) y dicen:
«Éste confiaba en el Señor;
pues que el Señor lo libre.
Ya que tanto lo quiere, que lo salve.»
9 (10) Y así es:
tú me hiciste nacer del vientre de mi madre;
en su pecho me hiciste descansar.
10 (11) Desde antes que yo naciera,
fui puesto bajo tu cuidado;
desde el vientre de mi madre,
mi Dios eres tú.
11 (12) No te alejes de mí,
pues estoy al borde de la angustia
y no tengo quien me ayude.
12 (13) Mis enemigos me han rodeado como toros,
como bravos toros de Basán;
13 (14) rugen como leones feroces,
abren la boca y se lanzan contra mí.
14 (15) Soy como agua que se derrama;
mis huesos están dislocados.
Mi corazón es como cera
que se derrite dentro de mí.
15 (16) Tengo la boca seca como una teja;
tengo la lengua pegada al paladar.
¡Me has hundido hasta el polvo de la muerte!
16 (17) Como perros, una banda de malvados
me ha rodeado por completo;
me han desgarrado las manos y los pies.
17 (18) ¡Puedo contarme los huesos!
Mis enemigos no me quitan la vista de encima;
18 (19) se han repartido mi ropa entre sí,
y sobre ella echan suertes.
19 (20) Pero tú, Señor, que eres mi fuerza,
¡no te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda!
20 (21) Líbrame de morir a filo de espada,
no dejes que me maten esos perros,
21 (22) sálvame de la boca de esos leones,
¡defiéndeme de los cuernos de esos toros!
22 (23) Yo hablaré de ti a mis hermanos,
te alabaré en sus reuniones.
23 (24) Ustedes, los que honran al Señor, ¡alábenlo!
¡Glorifíquenlo todos los descendientes de Jacob!
¡Adórenlo todos los descendientes de Israel!
24 (25) Pues él no desprecia ni pasa por alto
el sufrimiento de los pobres,
ni se esconde de ellos.
¡Él los oye cuando le piden ayuda!
25 (26) En presencia de tu pueblo numeroso
alabaré tu fidelidad;
delante de los que te honran
te cumpliré mis promesas.
26 (27) Coman, ustedes los oprimidos,
hasta que estén satisfechos;
alaben al Señor, ustedes que lo buscan,
y vivan muchos años.
27 (28) Razas y naciones todas,
gente de todos los rincones de la tierra:
acuérdense del Señor, y vengan a él;
¡arrodíllense delante de él!
28 (29) Porque el Señor es el Rey,
y él gobierna las naciones.
29 (30) Inclínense y adórenlo sólo a él
todos los que viven en abundancia,
todos los que han de volver al polvo,
pues en sí mismos no tienen vida.
30 (31) Mis descendientes adorarán al Señor
y hablarán de él toda la vida;
31 (32) a los que nazcan después, les contarán
de su justicia y de sus obras.


Salmos 27
El Señor es mi luz y mi salvación
27 (1b) El Señor es mi luz y mi salvación,
¿de quién podré tener miedo?
El Señor defiende mi vida,
¿a quién habré de temer?
2 Los malvados, mis enemigos,
se juntan para atacarme y destruirme;
pero ellos son los que tropiezan y caen.
3 Aunque un ejército me rodee,
mi corazón no tendrá miedo;
aunque se preparen para atacarme,
yo permaneceré tranquilo.
4 Sólo una cosa he pedido al Señor,
sólo una cosa deseo:
estar en el templo del Señor
todos los días de mi vida,
para adorarlo en su templo
y contemplar su hermosura.
5 Cuando lleguen los días malos,
el Señor me dará abrigo en su templo;
bajo su sombra me protegerá.
¡Me pondrá a salvo sobre una roca!
6 Entonces podré levantar la cabeza
por encima de mis enemigos;
entonces podré ofrecer sacrificios en el templo,
y gritar de alegría, y cantar himnos al Señor.
7 A ti clamo, Señor: escúchame.
Ten compasión de mí, ¡respóndeme!
8 El corazón me dice:
«Busca la presencia del Señor.»
Y yo, Señor, busco tu presencia.
9 ¡No te escondas de mí!
¡No me rechaces con ira!
¡Mi única ayuda eres tú!
No me dejes solo y sin amparo,
pues tú eres mi Dios y salvador.
10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
tú, Señor, te harás cargo de mí.
11 Señor, muéstrame tu camino;
guíame por el buen camino
a causa de mis enemigos;
12 no me entregues a su voluntad,
pues se han levantado contra mí
testigos falsos y violentos.
13 Pero yo estoy convencido
de que llegaré a ver la bondad del Señor
a lo largo de esta vida.
14 ¡Ten confianza en el Señor!
¡Ten valor, no te desanimes!
¡Sí, ten confianza en el Señor!


   Dominus es vivus

“Yo me llamo Laura Josefina y mis apellidos son Salazar Tovar. Doy sustento de que los Legajos que recibo por obediencia son sustentados a través de la Infusión Paráclita que poseo y en obediencia también hago saber que me instruye el Padre Fernando Arrieta, perteneciente a la Diócesis de Cuernavaca, Morelos, México en donde vivo y que sus estudios demuestran la legitimidad de ellos. Quedo en sus manos si surge alguna duda de mí y les ruego que no se olviden de mí. Los amo hermanos y amigos en Cristo.”





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