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“Necesito de almas sumisas y fieles que quieran honran mi nombre y se sacrifiquen por mí. Cuando digo esto es que hay almas reparadoras, víctimas de expiación que me ayudan a que mis hijos se salven”


 

“Necesito de almas sumisas y fieles que quieran honran mi nombre y se sacrifiquen por mí. Cuando digo esto es que hay almas reparadoras, víctimas de expiación que me ayudan a que mis hijos se salven”

Lunes 07 de Junio del 2021.               8:15 p.m.

Dolor, Sacrificio, Misterio Salvífico.

 

¡Amados hijos de mi corazón!

Hoy quiero que sepan porqué mi corazón sufre mucho. He venido dando sustento del dolor de mi corazón. Yo lloro por mis hijos cuando han perdido la gracia y la fe porque cuando esto sucede pierden la luz que es mía y en cambio entra la obscuridad a su alma. Cuando esto sucede pecan gravemente orillados por el enemigo del Mundo para que me abandonen y se mueran. Cuando hablo de muerte quiero decir que conlleva a perder mi presencia en su vida y se van al infierno.

Hoy estamos viviendo momentos muy difíciles. La Apostasía está presente. Cuando hablo de ella quiero que sepan que me refiero a las almas que fueron consagradas y que ahora me niegan con sus actos, su fe pobre, su tibieza, su deslealtad. La deslealtad está presente en muchas almas porque me niegan al negar mi palabra que les dio sustento de vida. La arrogancia de muchas de ellas hace que yo sufra mucho. Nadie puede ensalzarse ni sentirse más que yo. La humildad debe estar presente en cada alma fiel a mí. Con esto quiero recordar cómo mi Madre puso ejemplo de vida. La pureza de cada alma se consigue con esfuerzo.

La renuncia al Mundo debe estar presente. Y cuando digo que deben renunciar al Mundo por mí significa no participar en la perdición de él: los vicios, la idolatría (especialmente a las cosas materiales o actos contrarios a mí como los paganos), la brujería, la fornicación, la lujuria, las perversiones…

Mi corazón sufre mucho porque amo a mis hijos, a todos los amo por igual y deseo que todos se salven. Necesito de almas sumisas y fieles que quieran honran mi nombre y se sacrifiquen por mí. Cuando digo esto es que hay almas reparadoras, víctimas de expiación que me ayudan a que mis hijos se salven. Cuando pido esto quiero que sepan que unirse a mí Pasión Dolorosa ayuda a que muchas almas se salven. Necesito que sufran conmigo por el Mundo y me ofrezcan ese dolor por la salvación del Mundo. Háganlo así:

“Dulce Jesús en este momento tomo tu profundo dolor y sufrimiento, el de mi Madre amorosa, el de mi Padre amado y lo uno al mío junto con las instigas del enemigo perverso, sus ataques, sus flechas lanzadas de día y de noche, sus argucias y mentiras, mis enfermedades, mis penas y alegrías, mis angustias y preocupaciones, mi vida entera, mis oraciones y santas misas como una oblación para ti por medio del corazón inmaculado de mi dulce y santa Madre en honor a tu pasión dolorosa y muerte de cruz por las almas que sufren y no te conocen, por las que sufren y han perdido la gracia y la fe, por las que han perdido la confianza en ti, por las almas consagradas que están a punto de perderte, por las almas que apostatan y reniegan de ti, por las almas sacerdotales y religiosas en grave peligro de perderte, por mi familia y el Mundo entero para que reciban luz abundante, se arrepientan profundamente de lo que te han ofendido, te pidan perdón y así salven sus almas, así como en reparación de los pecados del Mundo. Amén”

Cuando ustedes lo hacen así se unen a mi Pasión Dolorosa y juntos logramos salvar muchas almas. No desdeñen mis súplicas. Ustedes saben que muchos Santos han sufrido por mi causa, los necesito. Ámenme y no olviden que mi corazón sufre y necesito consuelo. Tomen mi dolor y llévenlo al Mundo, participen que necesito que se unan a mí y juntos supliquemos por el Mundo que se pierde día a día. Reparen las ofensas que me hacen pidiendo perdón por las suyas y las del Mundo. Los amo mucho hijos amados. Prepárense pues vengo pronto. Amén

 

 

Colosenses 1

24 Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando, en mi propio cuerpo, lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo. 25 Dios ha hecho de mí un servidor de la iglesia, por el encargo que él me dio

 

 

Dominus es vivus.  

 Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis.