“El
Amor de Dios al Mundo.”
Sábado 18 de Febrero del 2023
¡Amados hijos de mi corazón!
He venido al Mundo a dar Amor a mis hijos y a dar
testimonio de que éste rompe el odio, la división y el egoísmo.
Mi corazón sufre porque el Amor que doy no se recibe bien.
Esto quiere decir que dicen que me aman, pero no me conocen. Si me conocieran
sabrían que doy Vida, Luz abundante que rompe con la obscuridad del demonio que
los induce a pecar, así como también Amor.
El Amor que doy es bueno. Ese Amor que doy se manifiesta
dócil, sumiso y fiel siempre porque renueva los corazones humanos y los sujeta
a mí. Mi corazón que ama es bondadoso, muy tierno y dulce.
Amo a mis hijos y por ellos doy la vida otra vez si me
reconocen un poco, sin embargo, es difícil porque el engaño del enemigo
perverso de Satanás los obliga a pecar de muchas maneras.
Quiero que sepan que mi Amor rompe con la barrera del odio
y obliga a las almas a vivir de manera honrada y de una manera muy alegre.
Amo a
mis hijos y quiero dedicarles el siguiente legajo donde hablo del Amor:
El Amor es bueno, justo y fiel cuando se da con alegría. Si
se da así renueva la vida. El Amor lleva de la mano a quienes lo reciben a la
presencia mía y cuando lo hace provoca en sus corazones una felicidad muy
grande que con palabras no se puede explicar.
El Amor se da y se recibe sin necesidad de buscarlo cuando
el alma es fiel, abre los lazos fraternos y renueva la vida.
El Amor no tiene discordias pues se compadece del pobre,
del atribulado y del que sufre. Cuando hay discordias hace la paz y perdona
siempre.
En la familia abre los lazos y los lleva de la mano a tener
una vida muy hermosa, llena de alegría y mucha paz. Entre padres y madres hay
ejemplo y éste proyecta una vida mejor para sus hijos. En las familias hay
unión y no discordia. ¡Ámense es lo que les digo!
En el mundo el Amor rompe la barrera del odio y la riqueza
se destruye porque trae amargura y vacío cuando me abandonan.
Hay amores en el mundo que hacen la paz y fortalecen la
comunión conmigo. Ámense y olviden rivalidades y desavenencias porque el que
odia y rompe la paz del mundo recibe su justo castigo que es irse al infierno.
Perdónense siempre y ámenme a mí como yo los amo. Amén
Jesús Misericordia Divina
Salmo
109
21 Pero
tú, Señor,
haz honor a tu nombre, y trátame bien.
¡Sálvame, por la bondad de tu amor!
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Dominus es vivus.
Gloria in excelsis Deo et in terra pax
hominibus bonae voluntatis.